Métodos terapéuticos no opiáceos para tratar el dolor que no impliquen opiáceos. Estos métodos pueden incluir, entre otros, paracetamol (Tylenol®) o ibuprofeno (Advil®), terapia cognitivo-conductual, fisioterapia, acupuntura, meditación, ejercicio, medicamentos para la depresión o para las convulsiones, o terapias intervencionistas (inyecciones).